sábado, 21 de marzo de 2009

NUEVAS METODOLOGIAS EN EL ENTRENAMIENTO DE EMERGENCIAS PEDIATRICAS



La seguridad del paciente constituye uno de los principales objetivos de los sistemas sanitarios y, entre otras recomendaciones para su mejora, destaca el establecimiento de programas de entrenamiento de equipos de trabajo con simulación médica. Ésta se define como una situación o lugar creado para permitir que un grupo de personas experimenten una representación de un acontecimiento real con el propósito de practicar, aprender, evaluar o entender sistemas o acciones humanas. De este modo, se podrán adquirir habilidades en situaciones graves y poco frecuentes, sin perjuicio para el paciente. En este trabajo se recuerdan los orígenes de la simulación médica y se clasifican los distintos tipos de simulación actuales. Se exponen los principales simuladores utilizados actualmente en pediatría, y se describe el diseño de un curso de simulación aplicado al entrenamiento de emergencias pediátricas, detallando las distintas fases del mismo. En la primera fase, no presencial, se aplica un nuevo concepto de formación denominado e-learning, nueva metodología de uso de tecnologías de información para la formación de profesionales. En la segunda fase, esencialmente práctica, se desarrollan los casos clínicos con simulación robótica y posteriormente el análisis-debate o debriefing, elemento clave para la adquisición de habilidades. Por último, en la fase de seguimiento, el alumno dispone de conexión con los docentes para consolidar los conceptos adquiridos durante la fase presencial. En este modelo se pretende mejorar las habilidades científicos-técnicas y además una serie de habilidades relacionales como son el control de la situación de crisis, el liderazgo adecuado de un grupo de trabajo, el reparto de tareas, la comunicación entre los miembros del equipo, etc., todas ellas encuadradas en el actual concepto de excelencia de cuidados y del profesionalismo médico.

TRAUMATISMOS CRANEOENCEFALICO


El 75% de todas las hospitalizaciones por traumatismos en los niños se deben a un traumatismo craneoencefálico (TCE), al tiempo que el 70% de las muertes ocurren en las primeras 48 horas, y se refiriere una mortalidad que fluctúa entre 20­35%. Se estima que cada año se producen 600.000 consultas por esta causa, 300 de cada 100.000 niños sufren un TCE y alrededor de 250.000 casos se ingresan. Pacientes y métodos. Se realizó un estudio de observación, descriptivo, de todos los pacientes en edad pediátrica, que asistieron a nuestro Servicio de Urgencias, en el período comprendido entre enero y diciembre del 2001, y que sufrieron un TCE, en cualesquiera de sus variantes clínicas. Para la clasificación de los casos de acuerdo a su gravedad se usó la escala de coma de Glasgow (ECG), y para definir los resultados, la escala de resultados también de Glasgow. Resultados. Se encuestaron 339 casos con TCE, de los cuales 329 (97%) fueron leves, ocho (2,4%) moderados y dos (0,6%) graves; de éstos, 122 (36%), requirieron ingreso hospitalario, y el resto, 217 (64%), se trataron ambulatoriamente (todos con TCE leves). Los exámenes complementarios realizados fueron las Rx simples de cráneo, 117 (95,9%), y la TAC (tomografía axial computarizada) se realizó sólo en tres casos (2,5%). Existieron sólo dos (1,8%) fallecidos en nuestra serie y no se encuentran discapacitados, de acuerdo a la ERG. Conclusiones. El TCE leve fue el más encontrado en nuestra serie. La aplicación de sistemas de tratamiento ajustados a las condiciones de cada centro asistencial facilita la reducción de ingresos por TCE leves.

NEUROPSICOLOGIA Y EPILEXIA




El niño epiléptico tiene tres veces más riesgo de presentar problemas cognitivos que otros niños sin patología neurológica, según tres hechos esenciales: 1. El efecto de la propia epilepsia. 2. Los eventuales déficit neuropsicosociales previos asociados. 3. El efecto adverso del fármaco antiepiléptico (FAE). Cierto deterioro se acepta universalmente, sin concretarse factores relevantes para su producción, multifactoriales según estudios computarizados. Desde esta perspectiva, analizamos la relación neuropsicología/epilepsia en Pediatría. Desarrollo. La relación entre epilepsia y comportamiento debe considerarse una excepción y no la regla, salvo que coexistan trastornos de personalidad y/o deficiencia mental. Los efectos cognitivos de los FAE dependen del fármaco, dosis utilizada y de la polifarmacia, y estos efectos son tanto adversos como favorables. Las diferencias entre distintos fármacos son criticables por la metodología de los diversos trabajos, y se debe retener que con dosis adecuadas los efectos adversos son generalmente discretos, y es de utilidad para ello la monitorización del FAE. Para valorar efectos adversos se aconseja mejor fiabilidad en su definición mediante evaluación MIDDRA. El tiempo de escalada en la introducción del fármaco es importante, en especial con algunos nuevos FAE. Los mecanismos de producción de efectos adversos varían, pero tanto los clásicos como los nuevos, bien utilizados por el mejor conocimiento del mecanismo de acción, mejoran el funcionamiento cognitivo por el control de las crisis. En la infancia existen reacciones cognitivas idiopáticas. En el niño las principales alteraciones son disminución del tiempo de reacción y del procesamiento de información con alteración de la memoria, atención y lenguaje. Conclusiones. La epilepsia se asocia a diversos problemas cognitivos, generalmente de carácter leve. La edad de inicio de la epilepsia, tipo de síndrome, etiología del mismo, respuesta al tratamiento y la polifarmacia son elementos multifactoriales condicionantes de efecto adverso. Se precisa crear baterías de tests que puedan pronosticar el futuro y controlar evolutivamente la cognición durante el tratamiento. Se puede concluir que los efectos adversos de los FAE sobre la cognición y conducta, en general, son modestos, pero el efecto cognitivo adverso de un FAE puede ser importante para un niño determinado.

martes, 17 de marzo de 2009

CONSENTRACION DE LA PROTEINA C EN EL TRATAMIENTO DE LA SEPSIS GRAVE EN PEDIATRIA


Los pacientes con sepsis severa desarrollan déficit adquirido de proteína C, existiendo una correlación entre el grado de deficiencia y la evolución clínica negativa. El reemplazamiento de dicha proteína puede contribuir a evitar este proceso. En el mercado existen dos tipos de proteína C, concentrada y activada. Ninguna de ellas están registradas para el tratamiento de sepsis grave en pediatría. La experiencia con proteína C en este grupo de edades es limitada. Se requiere ensayos clínicos adecuados que establezcan su eficacia y seguridad y que clarifiquen el lugar de cada tipo de proteína C en la terapéutica de esta patología en pediatría. En el presente artículo se describe la experiencia del uso de concentrado de proteína C como terapia coadyuvante a la terapia convencional en el tratamiento de tres niños con sepsis grave en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica. En los tres casos de nuestro estudio, los niveles altos de proteína C se correlacionan con normalización de los parámetros de coagulación y con disminución de los niveles de dímero D. Dos de los tres pacientes evolucionaron favorablemente en el curso del tratamiento, mientras que la tercera paciente murió al entrar en shock séptico y disfunción multiorgánica.
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=766400&info=resumen&modo=popup

LA HOSPITALIZACION PEDIATRICA, LOS ASPECTOS LUDICOS


El objetivo del presente trabajo es estudiar las características de los espacios dedicados a actividades lúdicas en el área de pediatría de los hospitales españoles, con la finalidad de conocer si sus características son las necesarias para la implementación de programas de preparación psicológica a través del juego. Métodos: Para ello se elaboró el "Cuestionario de la Utilización del Juego en los Hospitales Infantiles" que fue cumplimentado por los hospitales que realizan atención pediátrica y están situados en las capitales de las provincias españolas. Resultados: Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que las personas encargadas de las actividades lúdicas en los hospitales públicos son principalmente los maestros y los voluntarios, pero no personal especializado, existiendo juguetes de uso común. En los hospitales privados no están presentes estas prestaciones. El lugar donde se realizan las actividades lúdicas es, principalmente, la habitación, aunque exista sala de juego en el hospital. La higiene de los juguetes forma parte de la limpieza que se realiza en el resto de dependencias del hospital. Conclusiones: Por lo que podemos concluir que, las características del hospital (privado-público) condiciona las prestaciones del área de pediatría de los hospitales españoles. El juego forma parte de la actividad del niño en el hospital pero no tiene una finalidad terapéutica. Por lo que sería necesario sensibilizar a los hospitales españoles (áreas de pediatría) de la importancia de los programas que incorporan actividades lúdicas como técnica terapéutica.